Francesca Stavrakopoulou titular del departamento de Teología y Religión en la Universidad de Exeter (Reino Unido) tras visitar las principales escavaciones con el nuevo programa de la BBC “Secretos enterrados de la Biblia” nos expone la posibilidad de que los antiguos Israelitas fuese politeistas. Textos, amuletos y figurillas descubiertos en la antigua ciudad descubiertos en Ugarit (Siria) antigua ciudad Cananea revelan la devoción por “Asera”, poderosa Diosa de la Fertilidad. En el “Libro de los Reyes” se dice que una estatua de Asera se encontraba en el mismo Templo de Jerusalén consagrado a Yahvé, el Diosa que condenaba el culto o otras deidades.
El descubrimiento de una inscripción de cerámica en el sitio de Kuntillet Ajrud, en el desierto del Sinaí, estableció ese vínculo: el texto pide la bendición de “Yahve y su Asera”, (podría referirse a su Esposa ??? o a otra cosa..). Lamentablemente, de esta pieza datada en el siglo VIII a.c. solo quedan fotografías. La inscripción original desapareció (quizás una evidencia tan potencialmente perturbadora sobre el Dios Judeocristiano no era conveniente dejarla tan al alcance de todos). Stavrakopoulou concluye ¿Qué habría sido del mundo de tener a una Diosa? Interesante pregunta si señor, quizás la sociedad sería diametralmente distinta.
Francesca Stavrakopoulou titular del departamento de Teología y Religión en la Universidad de Exeter (Reino Unido) tras visitar las principales escavaciones con el nuevo programa de la BBC “Secretos enterrados de la Biblia” nos expone la posibilidad de que los antiguos Israelitas fuese politeistas. Textos, amuletos y figurillas descubiertos en la antigua ciudad descubiertos en Ugarit (Siria) antigua ciudad Cananea revelan la devoción por “Asera”, poderosa Diosa de la Fertilidad. En el “Libro de los Reyes” se dice que una estatua de Asera se encontraba en el mismo Templo de Jerusalén consagrado a Yahvé, el Diosa que condenaba el culto o otras deidades.
El descubrimiento de una inscripción de cerámica en el sitio de Kuntillet Ajrud, en el desierto del Sinaí, estableció ese vínculo: el texto pide la bendición de “Yahve y su Asera”, (podría referirse a su Esposa ??? o a otra cosa..). Lamentablemente, de esta pieza datada en el siglo VIII a.c. solo quedan fotografías. La inscripción original desapareció (quizás una evidencia tan potencialmente perturbadora sobre el Dios Judeocristiano no era conveniente dejarla tan al alcance de todos). Stavrakopoulou concluye ¿Qué habría sido del mundo de tener a una Diosa? Interesante pregunta si señor, quizás la sociedad sería diametralmente distinta.
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