martes, 11 de septiembre de 2012

¿Fantasmas en El Puerto de Santa María?


El 11 del 11 de 2011 no podía pasar como una jornada más en una ciudad de evocaciones y leyendas como la antigua Alcanate, la ciudad de los cien palacios, que viene a sumar un misterio más a las muchas incógnitas que jalonan su historia y han quedado reflejadas en la tradición escrita y oral. En esta ocasión, ocurrió junto a la Plaza Alfonso X El Sabio, precisamente el lugar más antiguo de la localidad, cuando una mujer que transitaba a pie aseguró haber escuchado unas voces en las que alguien pedía auxilio de forma reiterada. Según la transeúnte, la voz correspondía a una mujer, y procedía de la discoteca Scala, una antigua bodega situada debajo de una conocida notaría, una sala de fiestas que a esas horas de la mañana de ayer viernes permanecía cerrada a cal y canto. La transeúnte aseguraba que desde el interior de la discoteca una mujer gritaba de forma insistente "socorro, sacadme de aquí", lo que hizo suponer a ella y a otros vecinos y peatones que dijeron haber oído también la llamada de auxilio que alguien se había quedado encerrado en la sala de fiestas la noche anterior, por lo que optaron por llamar a la Policía Local. 


Una pareja de agentes se personó de inmediato en la plaza del Castillo, y comenzó una meticulosa inspección, comenzando por la Casa de los Balcones, revisando las azoteas y asomándose después a un local cerrado desde hace años, anexo a la discoteca. Como quiera que la inspección no dio resultado alguno, la Policía Municipal decidió buscar al propietario de la sala de fiestas para que les abriera el local, a quien pudieron localizar hacia las doce del mediodía. 


A esa hora ya se habían concentrado en la plaza Alfonso X El Sabio, un grupo de ciudadanos y curiosos preocupados por la suerte de la persona que pedía auxilio, "cuyas últimas voces -según manifestaron los testigos- eran más apagadas". 


Los agentes de Policía Local, acompañados por el dueño de la Scala pudieron entrar entonces en la discoteca y procedieron a una revisión completa del local, sin encontrar a nadie en su interior. 


El mismo propietario de la sala de fiestas, Roger Fleming, verificó a este diario que el local estaba vacío y que era "imposible" que hubiera entrado nadie, añadiendo que "no puede salir ningún sonido de la sala", en referencia a las voces de mujer que los testigos aseguraban haber oído. 


El misterio quedaba así en el aire, aunque una parte de los presentes barajó la posibilidad de que en realidad la llamada de auxilio procediera del antiguo caserón de la esquina de la calle Virgen de los Milagros con Santo Domingo. 


El asunto despertó tal revuelo en la zona de la plaza del Castillo que incluso el concejal de Policía Local, el andalucista Carlos Coronado, se interesó personalmente y asistió al lugar acompañado por varios periodistas, justo después de concluir una rueda de prensa que estaba celebrando en el cercano edificio de Rejas Verdes.

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