Cuando en público saco este tema entre amigos
del misterio siempre obtengo algún comentario más o menos censor sobre la
relación que establezco entre estos temas, y es que a veces, dicha relación nos deja en una estepa árida
en cuanto a nuestros anhelos y posibilidades de un más allá lleno de
elucubraciones fantasiosas que rara, por no decir nula vez, tiene una
repercusión en el mundo real.
Pretende este post ser solo un punto de
vista, tan válido como cualquier otro, de intentar descifrar desde otro ángulo
el misterioso secreto que parece engendrar muchos casos dentro de la temática ovni,
fantasmas y demás casos paranormales. No
hay pretensión de establecer un absoluto, tan solo de hacer ver al lector
ocasional o a los miembros de nuestras tertulias que como en la fábula de los
ciegos y del elefante no por ser parcial una explicación deja de ser válida para
la parte que le corresponde.
Antes de establecer cualquier lazo entre la casuística
paranormal y la salud mental deberíamos hacer acopios de ciertos datos
significativos que nos muestren como andamos de saludables clínicamente en España
respecto a nuestra “azotea” más cercana.
Hablando desde la perspectiva psiquiátrica y según
las estadísticas del Ministerio de Sanidad y Consumo y del Servicio Andaluz de Salud el 9% de la
población sufre una patología mental (enfermedad), es decir de 47.000.000
millones de habitantes 4.230.000 están diagnosticados (se estima que sin diagnosticar
bastante más; un 19% de la población que supone casi 9.000.000 millones de
Españoles y se estima un índice de crecimiento en años venideros), casos como
la esquizofrenia en tratamiento oscilan entre 400.000 pacientes, más un
porcentaje que no se puede verificar de personas que no han sido
diagnosticadas, la estimación oficial es que un 1% de la población padecerá en
su vida un trastorno esquizofrenico. Y esto solo en casos de patologías
diagnosticadas.
Llevado el estudio de la salud mental de los españoles a casos de desordenes o trastornos de tipo psicológico, el porcentaje
crece de forma desmesurada (más aún tras la crisis financiera), todo esto sin
contar vividores de turno, estafadores, fanáticos, bromistas, buscadores de su minuto de
gloria o profesionales varios que ven en el mundo del misterio su sustento
gracias a libros, revistas y programas de entretenimiento, porque amigos, sin
duda, el misterio siempre será un gran negocio y cuidado con atacar este punto,
a nadie le gusta que le cuestionen como se gana el pan, el yate o los chalets
en la sierra.
Podríamos hablar de niveles culturales y de
la relación que establece cada uno de nosotros entre lo que conoce y lo que cree
observar, no olvidemos que es nuestro cerebro el que interpreta la realidad que
observamos. Si a ello le unimos conceptos de psicología profunda como la noción
de arquetipos de Jung , del funcionamiento del inconsciente o del cerebro
reptiliano (ya saben la parte más profunda del cerebro humano no la raza de extraterrestres
que nos dominan desde las sombras)… encontramos en todo este cúmulo de datos
verificables nuestra particular navaja de Ockham, o como mínimo un
importantísimo prisma para observar ciertos casos o a ciertos testigos desde
nuestra perspectiva limitada de ciegos parciales, que solo pueden observar la
trompa del elefante.
Resulta por tanto bastante “sospechoso” el
que tan pocos investigadores utilicen este filtro antes de dar crédito a un
testigo como también parece sospechoso el que muchos testigos clamen al cielo
cuando se les aconseja recurrir a un psicólogo o psiquiatra antes de a un parapsicólogo,
o lo que es lo mismo que descarten lo más normal antes de recurrir a lo
paranormal.
No digo con todo esto que “todos” estén
locos, busquen dinero o fama o sus recursos mentales no les den para discernir
algo normal de algo paranormal, como dice una buena amiga cuando discutimos del
tema, sino que existe esa posibilidad y como posibilidad no se puede descartar
como no podemos descartar que realmente estemos gobernados por reptilianos.
Mientras más perspectivas parciales tengamos más cerca estaremos de unir el
rompecabezas y descubrir que tan solo hay interpretaciones parciales de un mismo
animal. Aunque claro, es más cómodo y fácil solo contar con la propia y
sentirnos protagonistas de un gran descubrimiento, que de grande realmente solo
tiene la apariencia, que enfrentarnos a nuestra propia subjetividad e
ignorancia en todo este asunto del misterio.
No pretendo establecer un debate psicología vs
parapsicología, tan solo establecer unos hechos reales como punto a tener en
cuenta cuando realmente nuestra pretensión es encontrar “la” verdad y no “nuestra”
verdad o la verdad que más nos convenga a nivel económico o de ego.
El hecho de existir, al menos parcialmente una relación entre fenomenología y salud mental esta ahí, digno de que cada cual profundice dentro de sus capacidades en este campo, lo cual debe llevarnos a tener bien presente este dato, junto a otros, a la hora de invertir tiempo y esfuerzo en establecer una explicación a ciertos hechos desde una perspectiva imparcial.
Este tema puede derivar en muchos debates,
artículos o investigaciones, pero de momento me contento con lanzar el relevo
al aire, esperando que alguien no lo confunda con un platillo volante made in
china y amplié este punto de vista con sus conocimientos en psicología o con el
sentido menos común que existe y que tan poco se deja ver en este tipo de
temáticas, al menos por internet.