miércoles, 11 de abril de 2012

Las consecuencias del conocimiento.




La suerte de tener un espíritu crítico o una serie de inquietudes es que éstas nos empujan fuera de la comodidad de nuestras propias ideas y nos hace aventurarnos dentro de otras, nos lleva a leer, a preguntar, a buscar en otros con más formación o sabiduría en diversos campos respuestas a esas preguntas, a las cuales, nuestras propias respuestas no satisfacen porque en algún momento del camino abandonamos el orgullo, para poderle hacer hueco a la experiencia. Una experiencia a la que le dimos el valor del  conocimiento, sin importar en demasía  de donde proviniese éste, con tal de que su credibilidad estuviese avalada por cierta verdad que no estuviese bañada por ningún tipo de egocentrismo, irracionabilidad o mero interés.
Desde las enseñanzas vitales de aquellos con muchos años más que nosotros en el camino de la vida,  historias y anécdotas impregnadas de vida, hasta las letras impresas donde esconden pudorosamente muchos el rostro  y aun así no sienten vergüenza de exponernos  su alma en completa desnudez, libros llenos de fórmulas que más parecen auténticos grimorios que libros de texto y personas que han aprendido a explicarlos y que sienten la misma satisfacción en enseñarnos su significado como nosotros en aprenderlos.  Historias comunes que no son televisadas y que no han pasado por ningún filtro de censura ni buscan audiencia más allá de nuestros oídos e historias extraordinarias, metáforas que nos empujan a mirar dentro de las palabras como si cada carácter encerrara en su trazo una nueva frase e historias tan crudas que nos dejan con la impresión de haberlas vivido nosotros. 
Y así toda nuestra vida.
Desde que empezamos a descubrir mentiras, ya fuesen estas construidas por la tradición,  por el equívoco conformista o por la piedad de la condescendencia, siempre nos hemos preguntado que hay tras ellas, que misterioso tesoro necesita un mapa tan laberíntico donde habitualmente es tan fácil perderse. Y hemos buscado,  nos hemos preguntado y hemos preguntado a otros por las señales del camino, tan solo con una firma convicción; ir más allá de nuestro propio conocimiento, porque solo hiendo más allá de nuestra propia perspectiva podemos ver mejor el bosque.
Muchas veces hemos tirado muros de la fortaleza de nuestro ego, para poder ampliar la biblioteca de este palacio al que llamamos mente, hemos preferido exponer nuestra ignorancia para acercarnos a la sabiduría, con solo el escudo de lo que ya llevamos aprendido para defendernos de la ignorancia, ya sea real o fingida con diversos propósitos, de los demás.
No se es más sabio por saber más, se es más sabio por querer saber más, por evadir con cada nuevo paso, el recuerdo del paso dejado atrás, por no encadenarnos a un poste para dar círculos sobre una misma idea, sino por tener el valor de romper las cadenas y, aun sin rumbo,  atrevernos a  andar siempre en otra dirección.
Esas son las consecuencias del conocimiento, no etiquetar lo conocido nunca como convicción, no enjaular jamás nuestra mente en el miedo de estar equivocados y por ello cantar alegremente en la jaula de nuestro ego,  el mejor silencio precede al oído atento, a la vista agudizada y, en definitiva; a querer aprender más allá de lo ya aprendido. 


10 comentarios:

  1. Por desgracia, "el movimiento se demuestra andando" o lo que es lo mismo, conlleva un esfuerzo y es eso lo que falla (como en mucho otros campos de la vida) a la hora de realmente adquirir conocimientos. Nos cuesta sacar tiempo, o usarlo en leer o ver un documental o quedar con alguien con quien comentar cualquier tema y sólo la inquietud hace que acabemos o no realizando el esfuerzo, por desgracia hoy en día, la masa conformista, prefiere perder el tiempo viviendo la vida de otros retransmitida por la TV antes de añadir capítulos a la propia, siendo por eso tan manipulable. Muy buena reflexión este artículo, cuya lectura nos muestra claramente si estamos o no en ese camino, pero también como en todos los campos de la vida, “lo difícil no es subir (o comenzar), lo difícil es mantenerse” y es por ello que nuestro conocimiento dependerá como no, del tiempo que consigamos mantener vivas nuestras inquietudes y no las dejemos entrar en el estado de aborregación que nos rodea socialmente. De momento pertenecer a este grupo ya es un paso (aunque no se si bueno o malo, jejejejeje (8P) ).

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  2. Yo lo titularía "Alegoría del escepticismo". (XD) La verdad es que no tengo nada que añadir. El último párrafo sobre todo me parece sublime.

    A veces nos olvidamos que lo importante no son los resultados, sino lo que aprendemos en el camino, como dijo Eduardo Galiano:

    La utopía es como el horizonte. Camino dos pasos y el se aleja dos pasos. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

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  3. Desde pequeña tuve la intuición de que estamos aquí para "aprender", que el camino que hacemos está lleno de experiencias para "aprender", así que desde que me hice esa reflexión, he intentado aprender, experimentar, recoger conocimientos, sabiduría de la vida, probar y acomodar todo ese bagaje en mi equipaje, para que cuando llegue a la "aduana" y me pregunten "¿Algo que declarar? pueda abrir mi maleta y decir "SI". Maria

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  4. Extraordinaria reflexión.Preciosa. Seguramete sin proponeroslo, entre todos,formais un gran TESORO. Creo que vuestra tertulia es Esotérica, Filosófica y Psicologica..
    ¿Alguien da más?

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  5. Si señor, muy buena reflexión ... pero hay algo que no sé realmente qué has querido decir, porque como yo lo he entendido parece una contradicción, y como está en el último párrafo, es como si contradijeras todo lo anterior ... es la siguiente frase "no enjaular jamás nuestra mente en el miedo de estar equivocados y por ello cantar alegremente en la jaula de nuestro ego" diciendolo de otra manera "enjaular siempre nuestra mente en la valentía de estar acertado", ésto, bajo mi punto de vista, contradice lo expuesto justo antes, "no etiquetar lo conocido como una convicción"

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  6. Por cierto, no soy anonimo, pero no sabia el perfil que hay que poner.

    Francisco Benítez

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  7. Gracias por vuestros comentarios a mi reflexión, es todo un éxito tantos comentarios XD y acabáis de demostrarme que ademas de en el grupo de facebook aquí también escribís :).
    Francisco, respondiéndote a tu duda, te comento que la metáfora lo que pretendía decir es justo eso; no enjaular jamás nuestra mente en el miedo de estar equivocados (es decir no encerrarnos en la misma idea, la mayoría de las veces nos da miedo estar equivocados en nuestras convicciones, por ello no queremos saber nada que pueda contradecirlas, que ponga en duda nuestra creencia, "evitamos así la tentación" y nos centramos solo en "cantar" como si fuera un mantra aquello en lo que creemos, nos encerramos en la jaula de nuestro ego. Es a consecuencia de ese miedo por lo que no queremos saber nada sobre "otras" posibilidades. Lo que no entiendo es tu conclusión de dicho de otra manera;"enjaular siempre nuestra mente en la valentía de estar acertado"?¿... lo contrario a estar enjaulado es ser (estar) libre no estar enjaulado de otra manera. A ver si en persona podemos tratarlo y así salimos de dudas ambos :), a ver si te vemos pronto por nuestras reuniones, un saludo.

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  8. No sé, lo sigo viendo de otra forma, sigo con mi mente enjaulada, jajaja ... ya lo discutiremos. A ver si me puedo pasar, pero de momento los martes no podré por lo menos hasta comienzos del verano que cambie el horario.

    Francisco Benítez

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  9. Gracías Miguel por deleitarnos con tus meditaciones y reflexiones, nos ayudas a sentirnos menos solos en nuestro caminar.
    Por el apoyo a la mengua de la vida digital en favor del aumento de la vida Social, Mental y Literaria.

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  10. Pienso que aprender es algo que el ser humano necesita por naturaleza. Así mismo, está dotado de esa curiosidad necesaria para querer aprender. De no ser así, aún vestiríamos con tapa-rabos, o probablemente estaríamos extintos. Lo malo es que demasiados piensan que saben suficiente o más que otros, y utilizan esa curiosidad solo para los cotilleos.
    Muy buena tu reflexión. Un saludo Oscuridad.

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